No resulta exagerado afirmar que los antiguos romanos adoraron el amor otorgándole la más alta consideración. Cantaron y alabaron sus excelencias, además de practicar todas sus variantes. El amor ocupó el centro de su pensamiento, a la vez que se instaló en el corazón de la sociedad y se manifestó en sus costumbres.
Relacionado inicialmente con lo sagrado, a partir del siglo I el amor se...