Una introducción
Recuperamos una obra clave para iniciarnos de manera sencilla en la práctica del budismo tibetano, de la mano del más conocido de los dalái lama.
Todo placer y todo sufrimiento tienen un origen mental y, salvo la religión, no hay nada que pueda aportarnos una satisfacción final y permanente. Cada religión ha encontrado su propio método para procurar la felicidad, pero todas coinciden en que...
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| Temáticas | |
|---|---|
| Publicación | 19 febrero 2025 |
| Colección | El arte de... |
| Presentación | Tapa dura sin s/cub. (cartoné) |
| Traductor | Javier Palacio Tauste |
|---|---|
| Formato | 12.5 x 18 cm |
| Editorial | Ediciones Paidós |
| ISBN | 978-84-493-4335-3 |
| Páginas | 120 |
|---|---|
| Código | 0010361112 |
| Tinta texto interior | Color |
Recuperamos esta obra del decimocuarto dalái lama, originalmente publicada bajo el título Introducción al budismo tibetano.
Esta guía no solo nos explica los conceptos básicos del budismo tibetano, sino que además nos aclara el papel fundamental que desempeña la religión en nuestras vidas.
Una iniciación a la práctica del budismo tibetano de forma sencilla y accesible a todos los públicos.
El dalái lama, Tenzin Gyatso, nació en 1935 en Taktser, al noreste del Tíbet. Fue reconocido como la reencarnación del XIV dalái lama cuando tenía cinco años. Como líder temporal y espiritual del pueblo tibetano, se vio obligado a exiliarse tras la ocupación china, y desde 1960 preside el gobierno tibetano democrático en el exilio (Dharamsala, India).
Ha recibido galardones como el Premio Nobel de la Paz en 1989, distinciones en múltiples universidades internacionales, o la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos en 2007, entre otros.
En 2011, el dalái lama renunció a sus cargos políticos del gobierno del Tíbet debido a las presiones y tensiones de China sobre el resto del mundo, y actualmente solo ostenta los cargos espirituales y religiosos.
«El progreso material despierta siempre el deseo de más progreso y, por consiguiente, no puede sino procurar un placer efímero. Por el contrario, cuando es la mente la que goza de placer y satisfacciones, somos capaces de soportar con facilidad las molestias puramente materiales, siendo real y duradero aquel placer que solo pertenece al dominio de la mente». —Dalái lama
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