Raíces vivas

Cuando conseguí mi primera cámara a los siete años, ya estaba familiarizada con el trabajo en el laboratorio y el estudio gracias a mis padres. Sin embargo, aún hoy sigo aprendiendo a tomar fotografías. En Uruguay, el país de origen de mi padre y mi segundo hogar; en la República Dominicana; en España y, por último, pero no por ello menos importante, en Alemania, he trabajado con personas y para personas. Lucho por crear impulsos positivos y duraderos que
hagan un poco mejor nuestra interacción con el medio ambiente, nuestro compromiso con los derechos y la dignidad de las personas y nuestra conexión entre nosotros y con la naturaleza.
Mis retratos tratan de mostrar a las personas en su forma específica de ser, su propia dignidad y su relación con el mundo, no como documentos sin vida, sino en una viva interacción con el espectador, como «imágenes vivas» que tienen un poder inherente.