Cuando se avienen a ello, los autores son los mejores introductores de su propia obra. Dice Antonio Colinas en el «Preliminar» : «Comencé a trabajar en Tratado de armonía en los primeros días de
1986. (…) No creo que se pueda hablar de "pensamientos" al enjuiciar el género de este libro. ¿Aforismos, reflexiones, impresiones, contemplaciones ? Acaso me decidiría por este último...